El gobierno brasileño está dispuesto a invertir los 1.700 millones de dólares necesarios para concluir las obras de la tercera central nuclear del país, que están paralizadas desde hace veinte años, con el fin de generar energía eléctrica, informó hoy la prensa.
La central nuclear de Angra III consta en el plan decenal de inversiones en energía elaborado este año por la Empresa de Investigación Energética, perteneciente al Ministerio de Minas y Energía, señaló hoy el diario "O Estado de Sao Paulo".
La conclusión de la obra depende ahora de la aprobación del Consejo Nacional de Política Energética, pero opositores a la terminación de Angra III, entre ellos el Ministerio Público, se anticiparon a la decisión oficial y el pasado martes acudieron a la justicia federal para impedir la reanudación de los trabajos.
Brasil tiene dos centrales nucleares en operación, denominadas Angra I y II, situadas en el balneario turístico de Angra dos Reis, en el litoral del estado de Río de Janeiro.
Las centrales de Angra I y II, construidas con tecnología alemana, producen en conjunto cerca de 1.500 megavatios de energía, equivalentes al dos por ciento del total producido en el país.
La construcción de la central de Angra III fue contratada en 1976 y las obras comenzaron en 1984, pero fueron suspendidas dos años después por falta de recursos.
Los equipos necesarios para hacer operativa la planta, diseñada para producir 1.309 megavatios de energía, fueron adquiridos en su mayoría hace varios años y están guardados en "perfectas condiciones" según Eletronuclear, la empresa estatal responsable de la operación de las plantas nucleares brasileñas.
La conclusión de las obras de Angra III requiere una inversión de unos 1.700 millones de dólares, pero el gobierno considera que vale la pena pues la energía nuclear es una alternativa para atender la creciente demanda de electricidad del país, según el diario.
A favor de la terminación de la central de Angra III también está el hecho de que la generación de energía nuclear no contamina el medio ambiente y la construcción de la planta no requiere tantas licencias ambientales como las centrales hidroeléctricas.
La tendencia mundial a buscar fuentes de energía alternativas a los combustibles fósiles, como el petróleo y el carbón, es otro factor que ha estimulado al gobierno a plantearse la reanudación de las obras de Angra III.
UnionRadio
La central nuclear de Angra III consta en el plan decenal de inversiones en energía elaborado este año por la Empresa de Investigación Energética, perteneciente al Ministerio de Minas y Energía, señaló hoy el diario "O Estado de Sao Paulo".
La conclusión de la obra depende ahora de la aprobación del Consejo Nacional de Política Energética, pero opositores a la terminación de Angra III, entre ellos el Ministerio Público, se anticiparon a la decisión oficial y el pasado martes acudieron a la justicia federal para impedir la reanudación de los trabajos.
Brasil tiene dos centrales nucleares en operación, denominadas Angra I y II, situadas en el balneario turístico de Angra dos Reis, en el litoral del estado de Río de Janeiro.
Las centrales de Angra I y II, construidas con tecnología alemana, producen en conjunto cerca de 1.500 megavatios de energía, equivalentes al dos por ciento del total producido en el país.
La construcción de la central de Angra III fue contratada en 1976 y las obras comenzaron en 1984, pero fueron suspendidas dos años después por falta de recursos.
Los equipos necesarios para hacer operativa la planta, diseñada para producir 1.309 megavatios de energía, fueron adquiridos en su mayoría hace varios años y están guardados en "perfectas condiciones" según Eletronuclear, la empresa estatal responsable de la operación de las plantas nucleares brasileñas.
La conclusión de las obras de Angra III requiere una inversión de unos 1.700 millones de dólares, pero el gobierno considera que vale la pena pues la energía nuclear es una alternativa para atender la creciente demanda de electricidad del país, según el diario.
A favor de la terminación de la central de Angra III también está el hecho de que la generación de energía nuclear no contamina el medio ambiente y la construcción de la planta no requiere tantas licencias ambientales como las centrales hidroeléctricas.
La tendencia mundial a buscar fuentes de energía alternativas a los combustibles fósiles, como el petróleo y el carbón, es otro factor que ha estimulado al gobierno a plantearse la reanudación de las obras de Angra III.
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