Evidentemente adquieren fuerza las preocupaciones y crece la sensibilidad en amplios sectores de la sociedad norteamericana sobre los problemas ambientales y en particular con los relacionados al calentamiento global y al fenómeno del cambio climático. Recientemente la prensa de ese país reflejó una importante información que no escapó a nuestra atención ni a la de muchas personas que se preocupan por las complejas situaciones ambientales que se vienen produciendo en nuestro planeta.
Aparece en USA la noticia de que 12 Estados de la Unión Americana y 13 Grupos Ambientalistas solicitan que la Suprema Corte de los EEUU debata y dictamine sobre el Calentamiento Global para que la Agencia de Protección Ambiental (EPA) tome medidas más eficaces y enfrente los graves daños ambientales que se están ocasionando en el país.
Esta interesante noticia, que nos llega ahora de los propios Estados Unidos de Norteamérica, nos posibilita hacer algunas líneas sobre el tema.
Ante todo debemos recordar que la primera Conferencia Mundial del Clima que se realizó en 1979, reconoció desde ese entonces, que el cambio climático era un problema sensible, importante y además muy preocupante.
Años más tarde, en 1988, el PNUMA y la Organización Meteorológica Mundial organizaron el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático. Su mandato se orientó en evaluar el estado de conocimientos sobre el sistema climático global y sus cambios, también sobre sus impactos ambientales, económicos, sociales y sugerir las posibles estrategias de respuestas sobre este tema. Aunque la Climatología como ciencia organizada tiene orígenes tardíos en comparación con otras ciencias, no es menos cierto que en las últimas décadas se ha desarrollado profunda y extensamente.
A la combinación de modificaciones en el Sistema Tierra/Atmósfera, Océano/Biosfera a nivel del planeta, suele llamársele Cambio Global. Se entiende por Cambio Global entonces, a la integración de los problemas ambientales que son causados por las actividades de las personas y que además, dependen también de la población mundial, de sus niveles de consumo (especialmente energético) y las tecnologías en uso.
Fundamentalmente son estos los factores causantes del calentamiento de la Tierra, del adelgazamiento de la Capa de Ozono, de las afectaciones a la Biodiversidad, del avance de la Desertificación, de las Precipitaciones µcidas y la Eutrofización de las aguas.
Son abundantes las evidencias que se están produciendo con relación a las variaciones climáticas en muchas regiones del planeta.
Por ejemplo, es frecuente conocer de zonas que padecen de sequías severas y prolongadas, o de disminuciones sensibles de las precipitaciones en otras, a su vez, es evidente apreciar el aumento en la frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos, como son los casos de las tormentas, huracanes y tornados.
Sin embargo, los cientistas del clima nos vienen señalando y cada vez con mayor fuerza y preocupación, que la magnitud de los impactos que habrán de ocurrir dependerán del nivel de las emisiones de gases de efecto invernadero y de las acciones que se produzcan para su mitigación.
No hay dudas, la ciencia lo viene alertando y además diciendo bien claro. En los diversos escenarios proyectados para los especialistas, es probable esperar entre otros impactos los siguientes: un aumento de las temperaturas entre 1 y 6 grados C a lo largo de este siglo, la elevación del nivel del mar entre 10 cm y 90 cm, igualmente en el siglo e incremento de las inundaciones costeras, cambios significativos en los regímenes de precipitaciones, aumento de sequías prolongadas en ciertas regiones del planeta, mayor frecuencia, duración e intensidad de los eventos climáticos extremos, más frecuencia y severidad de las olas de calor, más acentuadas en las zonas urbanas (debido al fenómeno de la burbuja de calor).
En conclusión no hay dudas de que todos estos impactos previstos, traerán una secuela de cambios y afectaciones a la agricultura, a la biodiversidad, a los recursos hídricos, a las zonas bajas y regiones costeras, a las ciudades y sus poblaciones y a la propia salud de las personas. Por ello hoy, cuando conocemos la estimulante y feliz iniciativa de estos Estados de la Unión Americana y de los Grupos Ambientalistas, no podemos menos que recordarnos y lamentar, que el país que precisamente mayores impactos negativos ocasiona en el Calentamiento Global y el Cambio Climático; su actual Administración Republicana, se ha negado a firmar el famoso protocolo de Kyoto, cuyos compromisos representan sólo una pequeña reducción (para los países con dicha obligación) y cuya meta al menos sería la de reducir en un 5% los niveles de las emisiones de los gases de efecto invernadero verificados en 1990.
PorEsto
Esta interesante noticia, que nos llega ahora de los propios Estados Unidos de Norteamérica, nos posibilita hacer algunas líneas sobre el tema.
Ante todo debemos recordar que la primera Conferencia Mundial del Clima que se realizó en 1979, reconoció desde ese entonces, que el cambio climático era un problema sensible, importante y además muy preocupante.
Años más tarde, en 1988, el PNUMA y la Organización Meteorológica Mundial organizaron el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático. Su mandato se orientó en evaluar el estado de conocimientos sobre el sistema climático global y sus cambios, también sobre sus impactos ambientales, económicos, sociales y sugerir las posibles estrategias de respuestas sobre este tema. Aunque la Climatología como ciencia organizada tiene orígenes tardíos en comparación con otras ciencias, no es menos cierto que en las últimas décadas se ha desarrollado profunda y extensamente.
A la combinación de modificaciones en el Sistema Tierra/Atmósfera, Océano/Biosfera a nivel del planeta, suele llamársele Cambio Global. Se entiende por Cambio Global entonces, a la integración de los problemas ambientales que son causados por las actividades de las personas y que además, dependen también de la población mundial, de sus niveles de consumo (especialmente energético) y las tecnologías en uso.
Fundamentalmente son estos los factores causantes del calentamiento de la Tierra, del adelgazamiento de la Capa de Ozono, de las afectaciones a la Biodiversidad, del avance de la Desertificación, de las Precipitaciones µcidas y la Eutrofización de las aguas.
Son abundantes las evidencias que se están produciendo con relación a las variaciones climáticas en muchas regiones del planeta.
Por ejemplo, es frecuente conocer de zonas que padecen de sequías severas y prolongadas, o de disminuciones sensibles de las precipitaciones en otras, a su vez, es evidente apreciar el aumento en la frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos, como son los casos de las tormentas, huracanes y tornados.
Sin embargo, los cientistas del clima nos vienen señalando y cada vez con mayor fuerza y preocupación, que la magnitud de los impactos que habrán de ocurrir dependerán del nivel de las emisiones de gases de efecto invernadero y de las acciones que se produzcan para su mitigación.
No hay dudas, la ciencia lo viene alertando y además diciendo bien claro. En los diversos escenarios proyectados para los especialistas, es probable esperar entre otros impactos los siguientes: un aumento de las temperaturas entre 1 y 6 grados C a lo largo de este siglo, la elevación del nivel del mar entre 10 cm y 90 cm, igualmente en el siglo e incremento de las inundaciones costeras, cambios significativos en los regímenes de precipitaciones, aumento de sequías prolongadas en ciertas regiones del planeta, mayor frecuencia, duración e intensidad de los eventos climáticos extremos, más frecuencia y severidad de las olas de calor, más acentuadas en las zonas urbanas (debido al fenómeno de la burbuja de calor).
En conclusión no hay dudas de que todos estos impactos previstos, traerán una secuela de cambios y afectaciones a la agricultura, a la biodiversidad, a los recursos hídricos, a las zonas bajas y regiones costeras, a las ciudades y sus poblaciones y a la propia salud de las personas. Por ello hoy, cuando conocemos la estimulante y feliz iniciativa de estos Estados de la Unión Americana y de los Grupos Ambientalistas, no podemos menos que recordarnos y lamentar, que el país que precisamente mayores impactos negativos ocasiona en el Calentamiento Global y el Cambio Climático; su actual Administración Republicana, se ha negado a firmar el famoso protocolo de Kyoto, cuyos compromisos representan sólo una pequeña reducción (para los países con dicha obligación) y cuya meta al menos sería la de reducir en un 5% los niveles de las emisiones de los gases de efecto invernadero verificados en 1990.
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