El Año de la Revolución Energética en Cuba fue un período en que se trabajo con denuedo en las necesarias transformaciones que exigía la realización de este novedoso programa de la Revolución. La provincia La Habana no desentonó con este gran movimiento, sino que puso en tensión las fuerzas necesarias para acometer la tarea, y culminó esos 365 días con innegables logros.
Eficiencia y calidad caracterizaron este año de trabajo de la Empresa Eléctrica de La Habana en el contexto de esos esfuerzos, y gracias a ellos se logro rehabilitar toda la red de distribución y la ejecución de 233 nuevas acciones en líneas eléctricas relacionadas con la mayoría de los sectores económicos, 43 de ellos en obras de la Batalla de Ideas.
Es necesario destacar, además, el desempeño de estos trabajadores en la construcción de los emplazamientos de 141 grupos electrógenos, hasta completar 140 megawatts/hora con tecnología diesel estratégicamente repartida en 14 puntos de la provincia, lo que propició la eliminación de los molestos apagones por déficit de capacidad de generación.
Durante el año continuó el reemplazo de equipos electrodomésticos gastadores por otros más eficientes, proceso que, además de elevar la calidad de vida de los pobladores, contribuyó a rebajar el consumo de energía eléctrica. Alrededor de 8 000 nuevas electrobombas para viviendas de dos y tres plantas se distribuyeron en La Habana, en sustitución de las ya obsoletas e ineficientes, como parte de la Revolución Energética.
Estas y otras acciones posibilitaron transformar el panorama habanero en materia de distribución y consumo de energía eléctrica, y nos sitúa en condiciones de continuar avanzando en esta vital tarea.
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