miércoles, febrero 14, 2007

Energía, eficiencia y prosperidad

by José Manuel Díaz-Salazar (consejero de Industria y Tecnología, España)

La pregunta sobre cómo contribuir a la sostenibilidad de nuestro mundo se nos presenta hoy en toda su crudeza. Nuestro mundo ya no es sino el mundo, el de todos los habitantes del Planeta Tierra. Pensamos en nosotros y en nuestro entorno, en cómo, con las herramientas con las que hasta ahora hemos construido nuestro hábitat, podemos continuar nuestra andadura. Estas herramientas no nacieron de la nada, proceden de nuestro modo de pensar y es desde la perspectiva individual, social y económica, que sabemos que existen tres razones de peso para reflexionar acerca de la energía:

  1. Es necesario asegurar el suministro de energía, continuado y sostenible para satisfacer las futuras necesidades sociales e industriales.
  2. Es necesario frenar las emisiones de gases que producen el efecto invernadero y el cambio climático.
  3. Es necesario comprender más a fondo qué significa vivir con estos requerimientos.

Gobiernos, administraciones, organizaciones e individualmente muchas personas se han comprometido a mitigar los riesgos medioambientales en el histórico Protocolo de Kyoto. La Europa comunitaria es consciente de que afronta unos años decisivos en este periodo de transición desde la dependencia aguda de energías fósiles no renovables hacia un modelo donde la diversificación de fuentes de energía disminuya la incertidumbre en torno a las tres razones aludidas. El adagio del poeta romántico lo dijo a su modo: “Épocas de riesgo donde lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer”.


En España, este compromiso se tradujo rápidamente en tres Planes clave: el Plan Nacional de Asignación de los Derechos de Emisión 2005-2007; la Estrategia de Ahorro y Eficiencia Energética 2004-2012 y el Plan de Energías Renovables 2005-2010.

La Estrategia de Ahorro y Eficiencia prevé un ahorro del 7% en 2012 de la energía consumida y afirma que la política energética española está basada en los siguientes principios: evitar que el suministro de energía impida la convergencia económica con los países más prósperos; garantizar la calidad y seguridad del suministro a ciudadanos a precios razonables y compatibilizar el uso de la energía con una protección efectiva del medio ambiente.

Por su parte, el Plan de Energías Renovables pretende conseguir que las energías renovables supongan un 12,1% de la energía consumida; lograr que un 30,3% de la energía eléctrica generada provenga de energías renovables y finalmente, que los biocarburantes alcancen un total del 5,83% del consumo de gasolina y gasóleo

Y es aquí donde Castilla-La Mancha tiene ya un papel relevante y presenta un escenario óptimo para continuar aprovechando estas oportunidades. Hoy en día el dato más claro es el que señala que producimos más energía eléctrica de la que consumimos, que somos una región que exporta energía eléctrica a otras regiones españolas.

Nuestro Plan Estratégico para el Desarrollo Energético de Castilla-La Mancha 2006-2010 está avalado por el Pacto por el Desarrollo y la Competitividad, de donde emana el siguiente mandato: seamos coherentes con la estrategia nacional puesto que la cuestiones energéticas han de ser abordadas necesariamente en escenarios de dimensiones globales y busquemos garantizar el suministro de calidad, diversificar la oferta energética y ahorrar energía además de usarla de modo eficiente.

Y si además, somos de las tres o cuatro regiones españolas que están más avanzadas en los porcentajes de aprovechamiento de sus recursos naturales para producir energía de fuentes renovables, no perdamos esas posiciones y aumentemos el esfuerzo.

El ofrecimiento de una hoja de ruta estable y bien identificada para todos los actores que intervienen en este modelo es lo que el Plan Estratégico Regional, la Ley de Energías Renovables y Eficiencia Energética y los diversos Planes Industriales –especialmente el Plan Eólico Regional- han de procurar. Añadiendo expresamente el papel que una renovada Agencia Regional de la Energía (AGECAM) –ahora empresa pública en su totalidad- tiene que desarrollar.

Las premisas en las que estos instrumentos están basadas son muy claras: racionalidad económica, innovación tecnológica, protección del medio ambiente y diversificación de fuentes energéticas. Las cuatro son indispensables como marco conceptual donde los diversos actores de este sector transversal y estratégico puedan concebir, planificar y ejecutar sus proyectos.

Los cimientos de esta estrategia para nuestra región son muy sólidos:

  • Eficiencia energética: consumir menos sabiendo utilizar la energía y limitar la emisión de CO2.
  • Transición a energías renovables: satisfacer toda la demanda eléctrica, producir energía eléctrica y satisfacer el consumo de energía primaria con renovables.
  • Activos energéticos: incrementar la exportación de energía y facilitar la relación entre los agentes del sistema energético.

De la Administración Regional se espera por tanto que lidere estas décadas de cambio y rápida transformación.

Desde luego, aceptamos el reto que supone realizarlo equilibradamente y abrir las oportunidades a todos pues a todos nos tocará estar involucrados, desde apagar la luz de nuestros hogares hasta reducir el consumo de las farolas de la calle, desde controlar el gasto en nuestra comunidad de vecinos y tener calderas eficientes hasta la cogeneración para los grandes consumidores, desde el aprovechamiento y cultivo de biomasa o plantas energéticas hasta el cumplimiento de los planes eólicos o solares…

Normalmente, los días dedicados a recordar y celebrar los más diversos aspectos de nuestra vida en común, como el que hoy conmemoramos, tienen un fuerte antecedente histórico o social y por ello nos hacen recapacitar, alertar y reivindicar, sabemos mucho de ellos por nuestra propia experiencia.

Pero si de algún día puede decirse que nos obliga a imaginarnos el futuro es seguro que es este día de la Energías Renovables que también animamos a cada uno a celebrar.

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