Los cancilleres de las Américas afinaban ayer la “Declaración de Panamá” sobre energía para el desarrollo sostenible, en el último día de la 37 Asamblea General de la OEA, tras el choque entre Estados Unidos y Venezuela por el cese de la licencia de una televisora venezolana.
Después de dos días de debate sobre este tema la 37 Asamblea General de la OEA subrayó que "la gobernabilidad democrática, las instituciones democráticas sólidas, el estado de derecho y el respeto de los derechos humanos y libertades fundamentales son elementos esenciales para alcanzar las metas de los Estados miembros y de la región en materia de energía y desarrollo sostenible, el combate a la exclusión social y el avance del bien publico".
Los 34 cancilleres de las Américas expresaron la necesidad de reducir la vulnerabilidad de los países ante las fluctuaciones en los precios y la oferta de la energía; incrementar la cooperación e integración energéticas; y, tomando en cuenta los desafíos presentados por el cambio climático, promover energía limpia y eficiente.
Los Estados también afirmaron su determinación de desarrollar e invertir en las infraestructuras energéticas con el fin de facilitar la disponibilidad y el acceso a la energía, así como protegerlas y avanzar en la integración energética regional.
"Con estos propósitos destacamos la conveniencia, de acuerdo con las legislaciones nacionales, de impulsar alianzas y/o acuerdos entre los sectores públicos y privados, priorizando aquéllos donde el esfuerzo favorezca nuestro desarrollo sostenible", dice la Declaración.
Al clausurar el encuentro de los gobiernos de América Latina y del Caribe, el Presidente de la Asamblea, el canciller de Panamá Samuel Lewis Navarro, dijo que durante las "fructíferas" jornadas de los últimos días, se logró llegar a diferentes resoluciones que abarcan materias y asuntos que van "directamente al corazón de nuestros pueblos".
"Los problemas derivados de la pobreza y la pobreza extrema, las preocupaciones de la discapacidad y la necesidad de entenderla entre todos, han sido estudiados con seriedad, con serenidad, de lo cual han surgido propuestas mecanismos y soluciones", afirmó el ministro panameño de Relaciones Exteriores.
El diplomático agregó que el resultado de estas conversaciones de alto nivel "ha sido la renovación del espíritu de trabajo que nos identifica y que nos inspira".
"La Declaración de Panamá abre el camino para enfrentar con éxito el problema de la energía", y "constituye una expresión de voluntad superior que no nos separa sino que nos une", puntualizó.
El documento final insta al Consejo Permanente de la OEA y al Consejo Interamericano para el Desarrollo Integral (CIDI) a convocar una reunión interamericana de autoridades nacionales y expertos, antes de la próxima Asamblea General, la cual se realizará en Colombia en el 2008, con el objeto de intercambiar experiencias, mejores practicas y otras informaciones relacionadas con la materia de la Declaración que contribuyan al desarrollo sostenible de todos los países del hemisferio.
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