Los científicos, dirigidos por Robert Linhardt, impregnaron diariamente papel de celulosa poroso con nanotubos de carbono. Con esto, junto con un electrolito para transportar corrientes eléctricas, los investigadores crearon condensadores de alta capacidad o supercondensadores, baterías y dispositivos híbridos que almacenan y proporcionan energía. Como fuente de energía, los supercondensadores proporcionan corrientes y voltajes comparables a otros supercondensadores y dispositivos de almacenamiento de energía flexibles.
Los investigadores crearon una batería de papel, litio y aluminio y la utilizaron para producir y dirigir luz. También desarrollaron una fuente de energía híbrida que combina los supercondensadores y las baterías. Estos papeles funcionaban incluso si se enrollaban sobre sí mismos, se retorcían o se doblaban, en un amplio rango de temperaturas y con electrolitos diferentes.
Posibles aplicaciones al cuerpo humano
Los científicos descubrieron que incluso la sangre y el sudor eran electrolitos adecuados para los supercondensadores, lo que sugiere muchas aplicaciones biológicas y médicas. Según los investigadores, los papeles nanocompuestos pueden servir como fuentes de energía adaptables a muchas formas y tamaños debido a su flexibilidad.
Via: El Pais
0 comments:
Publicar un comentario