«No podemos permitirnos desaprovechar ningún tipo de energía», sostiene Juan Manuel Álvarez. El secretario general del Comité Español del Consejo Mundial de la Energía se alejó ayer del discurso políticamente correcto y defendió la energía nuclear como «la única fuente no emisora de gases de efecto invernadero que puede reemplazar a los combustibles fósiles y satisfacer la demanda». Lo hizo en la jornada internacional sobre Tecnología energética del siglo XXI, que acogió ayer el Kursaal y con la que se inauguró la V Semana de la Ciencia y la Tecnología organizada por la Red Vasca de Ciencia, Tecnología e Innovación, Saretek.
- El escenario apocalíptico que muchas veces se suele pronosticar sobre el futuro de la energía tiene más de ciencia ficción que de realidad.
- Es un escenario complejo que tiene tensiones causadas por la escasez de un bien necesario que, a veces, está en manos de gobiernos que pretenden hacer uso político y aferrarse a ese instrumento de poder que supone tener recursos energéticos. En cualquier caso, en el foro internacional hay organismos que permiten tener la confianza de que no se va a desatar una catástrofe, sino que se darán tensiones que tendrán que ser gestionadas.
- ¿Cuánto dudarán las reservas de petróleo?
- Las reservas de petróleo durarán entre 40 y 60 años, las de gas en torno a 100, y las de carbón, varios centenares de años. La disponibilidad de carbón es notablemente más alta que el gas o el petróleo. Lo importante es saber cómo vamos a gestionar las energías que hay, en vez de apostar por una u otra en función de intereses políticos.
- ¿Por qué fuentes de energía apuesta el Consejo Mundial de Energía?
- Debemos mantener abiertas todas las opciones energéticas y no demonizar ninguna tecnología. No podemos permitirnos desaprovechar ninguna de ellas. Debemos aprovechar todos los recursos disponibles desarrollando nuevas formas de energía y nuevos portadores energéticos como el hidrógeno. Así se podría dar la sustitución progresiva del petróleo en el transporte.
- ¿No ha que demonizar ninguna fuente de energía a pesar de sus diferentes grados de contaminación?
- Yo creo que hay que apostar por todas las fuentes. Evidentemente, a través de las soluciones tecnológicas que permitan que su utilización sea compatible con la eficiencia y la protección del medio ambiente.
- ¿El carbón no cede?
- Es el combustible que menos tensiones internacionales produce: aporta una gran cantidad de energía sin hacer ruido. En 2005, el carbón creció un 5%, frente al 2,7% que aumentaron de media las fuentes primarias. Y en cuanto a las emisiones de CO2, ocupa la segunda posición por detrás del petróleo. La contaminación del automóvil es mucho más alta.
- ¿Hay que poner limitaciones al uso del petróleo?
- Los expertos sitúan el cénit de la producción de petróleo en el primer tercio del siglo XXI. Es necesario limitar su consumo a la automoción y apostar por los combustibles o el hidrógeno.
- ¿La energía nuclear está descartada?
- La energía nuclear plantea problemas sobre la seguridad de las centrales y la disposición de los residuos de alta actividad. Pero hay que considerar que la nuclear es la fuente energética que, en su ciclo completo, menos CO2 emite. La nuclear es la única fuente no emisora de gases de efecto invernadero que puede reemplazar a los combustibles fósiles y satisfacer la demanda. Aunque las energías renovables tendrán un papel cada vez mayor como fuentes primarias de energía, es imposible que puedan sustituir a los combustibles fósiles. Éstos tendrán una participación de más del 80 % en la cobertura de la demanda energética mundial en la primera mitad del siglo XXI.
- Pero la nuclear tiene demasiada mala fama.
- Sí, la tiene. El primer argumento se centra en que el comienzo de la energía nuclear no fue precisamente para fines pacíficos, pero yo creo que aquello se resolvió bien a través de los tratados internacionales. Después, ha habido otras razones: accidentes, por ejemplo. Aunque si consideramos la estadística de accidentes de esta tecnología comparada con las otras muchas que utiliza el hombre, se ha demostrado que desde 1952 es una fuente segura. Por otra parte, no debemos abandonar el intento de hacer de la energía nuclear una fuente segura, en términos de asegurar el suministro, y en términos de protección de los seres humanos.
- Sin embargo, el Gobierno español prometió «sustituir de forma gradual la energía nuclear por otras más seguras, más limpias y menos costosas». Ahora ha dado marcha atrás y admite que, por el momento, es inviable.
- Yo creo que ha habido una evolución en la posición del Gobierno sobre este tema, una evolución fundada en el balance energético. En ese contexto, las centrales nucleares están jugando un papel insustituible en la atención de la demanda energética a corto plazo. A largo plazo, creo que los políticos son sensibles a los movimientos de opinión que en todo el mundo están propiciando un debate en profundidad sobre el desarrollo de fuentes alternativas de energía. Entre las cuales, cobra cada vez más importancia la energía nuclear.
- ¿Cómo observa, entonces el futuro?
- Me gustaría dar una visión optimista. Las próximas generaciones podrán satisfacer sus necesidades sin poner en peligro a las futuras. Para ello se tendrán que tener en cuenta todas las energías disponibles.
Source: DiarioVasco
Manuel Torres Laveaga
0 comments:
Publicar un comentario