martes, noviembre 07, 2006

NUCLEAR: La única solución en este siglo al agotamiento del petróleo reside en la energía nuclear



Milagros Couchoud Gregori, doctora en físicas por la Universidad Complutense de Madrid, es la secretaria del Centro de Investigación Energética, Medioambiental y Tecnológica (CIEMAT) del Ministerio de Educación y vicepresidenta del Instituto Mediterráneo del Agua. Abrió ayer con una conferencia sobre agua y energía las segundas jornadas de divulgación científica organizadas por el Instituto Jovellanos, con la colaboración del Club LA NUEVA ESPAÑA de Gijón.

-Sequía, escasez energética, ¿habrá solución en el futuro?
-Los dos grandes retos que tiene en estos momentos la humanidad consisten fundamentalmente en conseguir agua y alimentos para todo el mundo y acabar con las enfermedades. Al final todo se traduce en tener energía suficiente. Si hay una energía limpia, barata, asequible a la tecnología de todos los pueblos, lógicamente esos pueblos se van a desarrollar. Van a poder conseguir agua. Tenemos la misma cantidad de agua desde que se formó el mundo: casi 1.400 millones de km3 de agua. El agua no se pierde ni desaparece. Se puede contaminar, puede evaporarse, puede filtrarse, puede transformarse en alimento o en seres humanos. El agua en plantea es la misma desde su origen, en un ciclo continuo y renovable. El problema no está en que no haya agua, sino en que no siempre está disponible. Y eso se logra con energía.

-El agua dulce escasea en gran parte del mundo.
-El problema se puede solucionar con energía. Bien para extraer agua subterránea, bien para trasladar agua desde mares hasta la mitad del desierto. El problema es que en estos momentos no es viable porque la energía necesaria para hacerlo es carísima y además escasea. Pero a lo mejor a finales del siglo XXI sí es viable. Israel ha convertido en vergeles desiertos que hace años se suponían inhabitables, gracias a la desalación del agua del mar.
-Hay informes que plantean que el acceso al agua dulce será el origen de conflictos bélicos.
-Muchas de las guerras a las que estamos asistiendo o son por el agua o por la energía. Si pudiéramos desarrollar tecnologías para conseguir energía asequible, se evitarían. Hay estudios que señalan que con el sol que se puede recoger en una superficie de desierto equivalente a tres o cuatro veces España, habría energía suficiente para todo el planeta. Argelia va a empezar a instalar plantas solares en el desierto.

-¿Es la energía del futuro?
-No existe una única energía del futuro, sino una cesta de energías. Hay que aprovechar todas las renovables, como la eólica y la solar. También la del mar, que está por estudiar. Tiene una energía impresionante que debemos aprovechar: la de las mareas, las olas y las corrientes térmicas.

-¿Y qué futuro le espera a los combustibles fósiles, ante la contaminación en el planeta?
-No hay energía sucia ni limpia. La energía es la capacidad de hacer un trabajo y se puede obtener tanto a partir de una fuente renovable como a partir de un combustible fósil, siempre que se haga de manera correcta, con las tecnologías limpias que en estos momentos se están desarrollando. No es la fuente lo que es limpio o contaminante; es el procedimiento de obtención de la energía lo que puede ser nocivo. El gran problema de los combustibles fósiles no es ése, es que se van a acabar.

-¿Cuándo?
-Se prevé que, tal como se está usando ahora, quede carbón para 150 o 200 años. Pero, a lo mejor se encuentra un sistema limpio para quemar carbón y entonces dura mucho menos porque se utiliza mucho más. Las teorías sobre lo que va a durar el gas o el petroleo varían continuamente, porque eso depende del consumo. China e India están despertando y cuando empiecen a consumir se pueden comer todo el petróleo del mundo en cinco años. No sé si quedará petróleo para 20 o 50 años, pero es seguro que se va a acabar. Nos estamos comiendo, en 100 o 200 años todo lo que la naturaleza ha ido almacenando. Por eso hay que buscar alternativas. Tenemos que tener resuelto el problema de la energía a 50 años vista, sin pensar en los combustibles fósiles. El transporte no puede seguir dependiendo del petróleo en un noventa y tantos por ciento. Hay que buscar un producto que haga que nuestros vehículos se muevan. Tampoco la producción de electricidad y ahí llegamos a la energía nuclear, porque no hay otra solución a medio plazo. Lo acaba de decir ahora mismo la Agencia Internacional de la Energía. Acaban de votarlo en el Parlamento inglés. Todos los países, incluso los que más se oponían a la energía nuclear, se han dado cuenta de que a corto plazo, de 30 o 50 años, no hay otra solución.

-¿Y los riesgos?
-No podemos tener una energía nuclear como la que había en los años 60, sino del siglo XXI. Se ha estado 30 años sin hacer absolutamente nada en investigación en energía nuclear en el mundo, porque estaba muy mal visto, ni era políticamente correcto investigar. Ahora eso ha cambiado y los países ya están dedicando partidas importante a solucionar los problemas de la energía nuclear; los de seguridad y la eliminación de residuos.
-¿Cómo se pueden eliminar unos residuos con una vida radiactiva de millones de años?
-Hay proyectos de la UE, con dos o tres líneas abiertas de solución al problema, que pueden dar frutos en 20 o 30 años.

-¿Por ejemplo?
-Eliminar su radiactividad con unos procedimientos complejos, que es lo que se llama la transmutación, para convertir un material radiactivo en otro componente químico que no lo sea o que tenga un período de vida muy corto, con peligrosidad de decenas de años.
-¿Se está investigando en este campo en España?
-En el futuro centro de almacenamiento de residuos que ha aprobado el Parlamento se va a montar un centro de investigación, como ya se está haciendo en otros de Europa y Estados Unidos.

-Antes se refería al futuro del transporte. ¿La pila de hidrógeno?
-El hidrógeno en sí mismo no es una fuente energética. Es un vector energético, que se tiene que producir en algún sitio y una vez obtenido sirve para transportar esa energía que puede almacenar. Se están desarrollando motores que funcionen con ese hidrógeno. Por eso va tan paralela la tecnología del hidrógeno con la de las pilas. El almacenamiento es uno de los problemas difíciles de la producción energética. Hace falta una posibilidad tecnológica para almacenar energías que se producen de forma puntual, como la eólica, para usarlas de forma continua, que es como la demanda la sociedad. Una de las formas de almacenamiento son las pilas.

-¿Y la eficiencia energética?
-Hemos estado mucho tiempo convirtiendo toda la energía en electricidad y luego otra vez la electricidad en energía térmica o mecánica. Una de las líneas de investigación actuales va a intentar seleccionar las fuentes y que directamente produzca el tipo de energía que necesitamos, con lo que evitaremos todo el gasto energético que supone la transformación de una energía en otra.

-¿Y el ahorro energético?
-Diseñando electrodomésticos o vehículos, por ejemplo, con mucho menor consumo.
-Sin embargo, la demanda energética se dispara.
-Efectivamente, se ha disparado el consumo y el parque automovilístico. Las mejores tecnologías son caras. Una lavadora eficiente cuesta mucho más que una de mayor consumo. Los científicos no podemos obligar a que se fabriquen sólo electrodomésticos de bajo consumo ni dar incentivos fiscales. Corresponde a otros.



Source: LNE

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