jueves, diciembre 07, 2006

Gestos contra el cambio climático

Los pequeños gestos pueden ser poderosos. Solamente con que los ciudadanos introdujeran ocho pequeños cambios en su comportamiento cotidiano para ahorrar energía, España podría cubrir un tercio de la senda que deber recorrer para cumplir con el protocolo de Kioto contra el cambio climático.

Si cada uno de los españoles hiciera esas ocho pequeñas modificaciones en sus hábitos en el consumo de energía, dejarían de arrojarse a la atmósfera 790 kg de CO por persona y 2 año, según la Fundación Terra. Dado que cada español es responsable de una emisión media de nueve toneladas de CO2 al año (contando odas las emisiones: la producción de energía, la industria, el transporte o el uso de calefacción o aire acondicionado en casa), su contribución personal recortaría un 9% la emisión media de CO2anual.

¿Y cuáles son esos cambios para evitar esta emisión de 790 kg de CO2al aire? Las recomendaciones son tan sencillas como instalar cinco bombillas de bajo consumo (con un recorte anual de 89 kg de CO2per cápita), sustituir os electrodomésticos por equipos más eficientes (287 kg de CO2menos al aire) o ir de compras con cesta reutilizable en lugar de bolsa de un solo uso (8 kg).

Otras contribuciones son moverse en bici o hacer a pie los trayectos de menos de tres kilómetros (64 kg de CO2menos al aire), conducir de forma moderada sin pasar de las 2.000 revoluciones (29 kg menos) o comprar cerca de casa adquiriendo productos del país que reducen el transporte (68 kg). Finalmente, también se puede instalar sistemas aislantes en casa (188 kg) y modular un grado la climatización, para poner el tope en 26 grados en verano y en 20 grados en invierno (56 kg de CO2). Así se recoge en la exposición Jo sóc la solució abierta en la plaza Universitat de Barcelona, impulsada por la fundación Terra, una de las ONG que impulsan campañas para reducir el consumo de energía.

Con las medidas propuestas, en teoría, España podría hacer un tercio de los deberes para cumplir con el protocolo de Kioto. Con ellas, se produciría un ahorro de 34 millones de toneladas de CO2 al año, mientras que, según los planes del Gobierno, nuestro país deberá reducir sus emisiones de CO2 en 95,2 millones de toneladas anuales de promedio entre el 2008 y el 2012. De esta suma, 26,04 millones corresponden a reducciones que deben realizar las grandes industrias, mientras que los 69,2 millones restantes son de sectores diversos o difusos vinculados a hábitos individuales en el transporte, la construcción o el ahorro en el hogar (aunque, para ello, se prevé compensar 31,83 millones de toneladas anuales con compra de derechos de emisión o la adquisición en el mercado de reducciones certificadas de gases).

Ahora, sólo los sectores industriales más intensivos en energía (térmicas, refino de hidrocarburos, cementeras, siderurgia, vidrio, papel y baldosas y azulejos) están obligados por ley a reducir la generación de gases.

"No somos conscientes de la gran cantidad de CO2 que podemos ahorrar con pequeños gestos cotidianos", señalan los portavoces de la fundación Terra. Los pequeños gestos individuales, multiplicados por cada ciudadano, tendrían una repercusión enorme. Si, por ejemplo, los españoles pusieran bombillas de bajo consumo, se podría ahorrar la mitad de la generación eléctrica de una central nuclear de 1.000 MW; y si los catalanes optaran por los electrodomésticos de la clase A (los más eficientes), el consumo de electricidad se reduciría un 25%. Más ejemplos: si se instalaran los aislamientos en casa, el ahorro de energía en Catalunya haría innecesarias cinco centrales térmicas como la de Cercs (grandes generadoras de CO2 ); y si renunciamos a las agobiantes bolsas de plástico, tendríamos dos millones de euros más para... importar petróleo.
LaVanguardia

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