martes, enero 23, 2007

La UE garantiza el futuro del carbón si funciona la tecnología para evitar las emisiones de CO2

La Comisaría de Energía quiere forzar a las empresas a implantar sistemas de combustión limpia aumentando las tasas que se cobran por contaminar

El debate sobre la combustión limpia de carbón sigue abierto en Bruselas. La Comisión Europea, que acaba de aprobar un documento con las claves del desarrollo energético en la próxima década, asegura que el carbón tendrá futuro si prosperan las tecnologías de captura y almacenamiento de CO2 que actualmente se están investigando. El portavoz de la Comisaría de Energía, Ferrán Tarradellas, reconoció a LA NUEVA ESPAÑA en una conversación telefónica que el principal escollo de estas tecnologías es su coste, que podría compensarse con un aumento de los precios por emisión de CO2.

El carbón está en los planes de futuro de la Unión Europea. Así lo asegura la Comisaría de Energía, encabezada por Andris Piebalgs, que acaba de elaborar un documento con las claves energéticas de la próxima década. En ese plan estratégico, el carbón sigue ocupando un papel privilegiado junto con otras energías, pero su futuro aparece condicionado al desarrollo de las tecnologías de captura y almacenamiento de CO2 para luchar contra el cambio climático. Éstos y otros datos fueron confirmados a LA NUEVA ESPAÑA por el portavoz del comisario de la Energía, Ferrán Tarradellas, en una conversación telefónica. «El carbón es una fuente de energía con la que se puede contar durante muchos años siempre y cuando no contamine. La captura y el almacenamiento de CO2 es la gran esperanza para el carbón», explicó Tarradellas.

Desde la Unión Europea, se reconoce que el trabajo no será fácil. El portavoz del comisario aseguró que la investigación, el desarrollo y la innovación tendrán mucho que ver en el futuro de estas tecnologías, pero también asumió que el papel de las administraciones será crucial en ese proceso. Tal y como defienden ya algunos expertos, Tarradellas aseguró que la clave de estas técnicas es que el precio que se cobre a las empresas por contaminar, por emitir CO2 a la atmósfera, sea mayor que la aplicación de las tecnologías de captura y almacenamiento de dióxido de carbono. «Si el precio del CO2 sube, a las empresas les resultará más interesante gastar en tecnologías de CO2 que gastar en emisiones. Por este motivo nos gustaría que el precio del CO2 vaya subiendo, porque permitiría a estas tecnologías ser más rentables», aseveró el portavoz del Comisario.

Éste y otros objetivos están recogidos en la revisión de la planificación energética que aprobó la Comisión Europea el pasado 10 de enero, como consecuencia del «Libro Verde de la Energía». Este documento deberá ser ratificado por el Consejo de Ministros de la Energía que se celebrará el próximo mes de febrero. Posteriormente, se presentará en una cumbre europea, para que esta planificación sea algo más que una declaración de intenciones de la UE.
LNE.ES

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