by Elena Rodriguez
Cada vez son más los expertos que abogan por que la producción de carbón española «no sufra más recortes» después del año 2012, cuando finalice el actual plan de la minería (2006-2012). Los últimos en pronunciarse han sido los miembros del Club Español de la Industria, Tecnología y Minería, entidad que preside el ingeniero de minas vinculado a Asturias José Rosón Trespalacios. En su último y amplio informe -al que ha tenido acceso EL COMERCIO-, el club sostiene que «hay que mantener la capacidad de producción autóctona después de 2012 en aras de la seguridad del suministro energético».
El encargado de analizar las perspectivas de futuro de la industria extractiva es el decano presidente del Consejo Superior de Colegios de Ingenieros de Minas de España, Pedro Martínez Arévalo. En su análisis, recuerda que la demanda energética crece en nuestro país a un ritmo superior al del Producto Interior Bruto y, como consecuencia, el grado de dependencia energética externa se sitúa, actualmente, en el 79%.
Ahora bien, el problema estriba en que, en 2012, ese porcentaje tan sólo habrá bajado al 75%, pese a los esfuerzos del Gobierno por mejorar la eficiencia energética fomentando las energías renovables y el gas natural en detrimento del petróleo, la energía termonuclear y el carbón, al objeto también de cumplir con Kioto.
Ante esta previsión y en vistas de la fuerte apuesta por el gas natural -una fuente energética procedente de países con una situación geopolítica inestable y con precios altos, muy vinculados a los del petróleo-, el club no descarta que en los próximos años se produzca «una relativa vuelta al carbón». Argumenta su defensa en «las reservas existentes, unos precios estables y en que es una fuente autóctona que garantiza la seguridad del suministro». Por todas estas circunstancias, subraya que la producción española -fijada en el nuevo plan de la minería en 9,2 millones de toneladas para el año 2012- «debería tener continuidad, sin sufrir nuevos recortes».
Para lograrlo, considera «fundamental» que el Gobierno «promueva e impulse el desarrollo de nuevas tecnologías para un uso más limpio del carbón. Así, reclama que se fomenten tanto las aplicaciones para reducir el dióxido de carbono (CO2) de las térmicas como aquellas que capturan el CO2 durante la combustión para su almacenamiento posterior. Se trata de líneas en las que, precisamente, ha empezado a trabajar la nueva sociedad creada por Hunosa y Endesa. Con este tipo de iniciativas, el club cree que «España cumplirá con Kioto y contribuirá, a la par, a un mix energético más diversificado y seguro desde el punto de vista del suministro».
En todo este contexto, el autor del análisis, Pedro Martínez Arévalo, también recuerda las recomendaciones de la Comisión Europea (CE) en su 'Libro Verde: hacia una estrategia europea de seguridad del abastecimiento energético'. En ese informe, el Ejecutivo comunitario apunta que «si no se produce ninguna política fuerte en materia de cambio climático, el uso del carbón deberá aumentar de nuevo» con vistas a 2030. La CE, que redactó estas directrices en 2000, ya tenía en cuenta que el consumo de carbón se iba a ir reduciendo progresivamente hasta 2010. No obstante, llegada esta fecha, insiste en que si no hay una política energética equilibrada, «el consumo del carbón deberá crecer un 30% hasta 2030, en relación a los consumos de carbón del año 1998».
Según la memoria de la patronal Carbunión, el consumo de mineral en España en 1998, medido según su poder calorífico, era de 25.614 Ktec (kilotoneladas equivalentes de carbón). Si a este dato se le suma el 30% que propone la CE, el uso de carbón en nuestro país debería situarse en 2030 en las 33.298 Ktec.
Teniendo en cuenta que Industria fija para 2012 un consumo de carbón en torno a las 19.273 Ktec (media obtenida con las dos previsiones que maneja el Gobierno: el escenario base de consumo para ese año y el de eficiencia energética, si se cumplen sus objetivos), España tendría que incrementar el consumo del carbón en un 73%.
Se trata, no obstante, de un planteamiento con carácter 'condicional', a la espera de cómo evoluciona la política energética nacional y europea hasta 2012. Sin embargo, el club ha querido dejar constancia de la recomendación para afirmar que el consumo del carbón debería situarse entre las 31.428 y las 34.285 Ktec en el decenio 2010-2020, aproximándose, así, al uso que tenía esta fuente a principios del presente siglo.
Comercio Digital
Cada vez son más los expertos que abogan por que la producción de carbón española «no sufra más recortes» después del año 2012, cuando finalice el actual plan de la minería (2006-2012). Los últimos en pronunciarse han sido los miembros del Club Español de la Industria, Tecnología y Minería, entidad que preside el ingeniero de minas vinculado a Asturias José Rosón Trespalacios. En su último y amplio informe -al que ha tenido acceso EL COMERCIO-, el club sostiene que «hay que mantener la capacidad de producción autóctona después de 2012 en aras de la seguridad del suministro energético».
El encargado de analizar las perspectivas de futuro de la industria extractiva es el decano presidente del Consejo Superior de Colegios de Ingenieros de Minas de España, Pedro Martínez Arévalo. En su análisis, recuerda que la demanda energética crece en nuestro país a un ritmo superior al del Producto Interior Bruto y, como consecuencia, el grado de dependencia energética externa se sitúa, actualmente, en el 79%.
Ahora bien, el problema estriba en que, en 2012, ese porcentaje tan sólo habrá bajado al 75%, pese a los esfuerzos del Gobierno por mejorar la eficiencia energética fomentando las energías renovables y el gas natural en detrimento del petróleo, la energía termonuclear y el carbón, al objeto también de cumplir con Kioto.
Ante esta previsión y en vistas de la fuerte apuesta por el gas natural -una fuente energética procedente de países con una situación geopolítica inestable y con precios altos, muy vinculados a los del petróleo-, el club no descarta que en los próximos años se produzca «una relativa vuelta al carbón». Argumenta su defensa en «las reservas existentes, unos precios estables y en que es una fuente autóctona que garantiza la seguridad del suministro». Por todas estas circunstancias, subraya que la producción española -fijada en el nuevo plan de la minería en 9,2 millones de toneladas para el año 2012- «debería tener continuidad, sin sufrir nuevos recortes».
Para lograrlo, considera «fundamental» que el Gobierno «promueva e impulse el desarrollo de nuevas tecnologías para un uso más limpio del carbón. Así, reclama que se fomenten tanto las aplicaciones para reducir el dióxido de carbono (CO2) de las térmicas como aquellas que capturan el CO2 durante la combustión para su almacenamiento posterior. Se trata de líneas en las que, precisamente, ha empezado a trabajar la nueva sociedad creada por Hunosa y Endesa. Con este tipo de iniciativas, el club cree que «España cumplirá con Kioto y contribuirá, a la par, a un mix energético más diversificado y seguro desde el punto de vista del suministro».
En todo este contexto, el autor del análisis, Pedro Martínez Arévalo, también recuerda las recomendaciones de la Comisión Europea (CE) en su 'Libro Verde: hacia una estrategia europea de seguridad del abastecimiento energético'. En ese informe, el Ejecutivo comunitario apunta que «si no se produce ninguna política fuerte en materia de cambio climático, el uso del carbón deberá aumentar de nuevo» con vistas a 2030. La CE, que redactó estas directrices en 2000, ya tenía en cuenta que el consumo de carbón se iba a ir reduciendo progresivamente hasta 2010. No obstante, llegada esta fecha, insiste en que si no hay una política energética equilibrada, «el consumo del carbón deberá crecer un 30% hasta 2030, en relación a los consumos de carbón del año 1998».
Según la memoria de la patronal Carbunión, el consumo de mineral en España en 1998, medido según su poder calorífico, era de 25.614 Ktec (kilotoneladas equivalentes de carbón). Si a este dato se le suma el 30% que propone la CE, el uso de carbón en nuestro país debería situarse en 2030 en las 33.298 Ktec.
Teniendo en cuenta que Industria fija para 2012 un consumo de carbón en torno a las 19.273 Ktec (media obtenida con las dos previsiones que maneja el Gobierno: el escenario base de consumo para ese año y el de eficiencia energética, si se cumplen sus objetivos), España tendría que incrementar el consumo del carbón en un 73%.
Se trata, no obstante, de un planteamiento con carácter 'condicional', a la espera de cómo evoluciona la política energética nacional y europea hasta 2012. Sin embargo, el club ha querido dejar constancia de la recomendación para afirmar que el consumo del carbón debería situarse entre las 31.428 y las 34.285 Ktec en el decenio 2010-2020, aproximándose, así, al uso que tenía esta fuente a principios del presente siglo.
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