viernes, abril 06, 2007

CHILE : La eficiencia energética se viste de etiqueta

by Cristina Espinoza

El adhesivo debe indicar cuán eficiente es un aparato. ¿La idea? Que los consumidores prefieran aquellos que gastan menos, en el afán de optimizar el consumo energético nacional y de paso contribuir a aplacar los efectos del cambio climático.

La emisión de gases de efecto invernadero es la principal causa del renombrado fenómeno climático y no sólo la quema de combustibles fósiles es la culpable. La producción eléctrica tiene un porcentaje importante de incidencia y son los usuarios quienes pueden contribuir a disminuir el consumo, utilizando adecuadamente electrodomésticos y ampolletas. El problema: falta de conciencia.

Tratando de subsanar esta carencia, a partir del 30 de abril, la legislación chilena obliga a los fabricantes de electrodomésticos a incluir una etiqueta en su producto en la que se indica el consumo eléctrico del aparato (ver infografía). La normativa comenzó obligando a los fabricantes de ampolletas y continuará con los refrigeradores a partir de mayo, las ampolletas fluorescentes en junio y congeladores en noviembre.

“Nuestro principal motivo es sensibilizar al ciudadano y hacerle entender más acerca del tema energético”, señala Nicola Borregaard, directora ejecutiva del Programa País de Eficiencia Enérgetica (PPEE) del Ministerio de Economía, organismo que trabaja con el objeto de crear conciencia en la población, haciendo que participe activamente de las medidas que buscan disminuir el consumo energético sin bajar el nivel de calidad de vida.

El programa pone énfasis en que el consumidor calcule la diferencia entre el costo de inversión y gasto en consumo, “por eso el etiquetado se hizo con los artefactos que más energía consumen -ampolletas y refrigeradores- los que juntos hacen casi el 60% del consumo eléctrico a nivel hogar”, explica Borregaard.

La iniciativa, ideada en la Unión Europea (UE), clasifica cada aparato a partir de su consumo energético. De esta forma, existen siete clases energéticas que van desde la letra A a la G, donde la primera es la más eficiente. La medida permite al consumidor elegir entre electrodomésticos del mismo tipo, considerando la variable consumo además del precio.

“El consumidor puede optar por tener un mayor costo de inversión, pero recuperarlo con el paso de los años o una menor inversión y mayor gasto después”, dice Borregaard. “Es bueno que el consumidor se enfrente a esta decisión”, agrega.

Compra inteligente

Los beneficios son especialmente para el consumidor que ahora deberá poner atención a otras variables además de precio y apariencia. Aunque las empresas también podrán obtener sus frutos.

Desde Philips esperan que “el consumidor, una vez educado en la información que entrega la etiqueta, prefiera productos más eficientes”, asegura Milenko Vlatko, jefe de producto de la empresa, que aclara que sus artículos hace años que ya tenían la etiqueta. “Con ella, el proceso de decisión de compra será más fácil y el consumidor decidirá con datos objetivos”, enfatiza.

En el caso de los refrigeradores, la normativa obliga a disponer la información sobre nivel de eficiencia, consumo mensual y temperatura -de conservación y congelado- “con esos datos el consumidor elige cual es mejor, considerando tres variables nuevas”, señala Manuel Jiménez, jefe ingeniería de producto de Compañía Tecno Industrial (CTI), productor de las marcas Fensa y Mademsa. “Como compañía nos beneficia, porque a Chile llegan muchos productos que no son eficientes, que no tienen la calidad energética de nuestros productos, muchas veces son más baratos y la gente, sin saberlo, distingue por apariencia y no sabe lo que está consumiendo”, asegura.

Pero no hay que fiarse, pues “que un refrigerador consuma menos no quiere decir que sea más eficiente”, dice Jiménez.

Los electrodomésticos más eficientes, entre la A y la C, presentan un consumo de energía inferior al consumo medio de los aparatos tradicionales. Las letras D y E presentan un gasto de energía medio y los aparatos electrónicos clasificados con las letras F y G son considerados los menos eficientes, pues su consumo energético supera el de los aparatos tradicionales, entre 110% y 125%. “Las clases dependen del índice de clasificación energética”, explica Jaime González, jefe de normas y estudios de la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC), clasificación que se realiza tras una compleja ecuación matemática.

Cada vez que un fabricante o importador decida comercializar un aparato electrónico en el país, debe solicitar la certificación de sus productos a los organismos autorizados por la SEC, que realizan ensayos y emiten un certificado o informe de rechazo que permite insertar los artefactos en las tiendas.

PROGRAMA 2007
Según la directora ejecutiva del PPEE, Nicola Borregaard, este año estará dedicado a la difusión y capacitación de vendedores. En agosto comenzará la primera campaña a nivel nacional y ya se está estudiando la lista de artefactos que a partir del próximo año deberán tener etiquetas, entre ellos, lavadoras, equipos de aire acondicionado y motores industriales. “A fines de 2007 vamos a tener los primeros reglamentos para estos artefactos adicionales, luego hay que darles un tiempo de adaptación en los mercados y el próximo año sería obligatorio”, asegura Borregaard.

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