La tecnología empleada actualmente en la captura de CO2 se basa principalmente en la acción de sustancias químicas capaces de depurar los gases de combustión y separar el CO2 de otros gases en el caudal de escape; es lo que se da en llamar la captura poscombustión. El método resulta más caro y más complicado de dominar que la captura en precombustión, consistente en eliminar el carbono presente en los combustibles a base de carbón y gas natural antes de su llegada a la central eléctrica.
La descarbonización del combustible básico -carbón, gas natural o biomasa- se realiza mediante transformación en gas de síntesis, rico en hidrógeno y monóxido de carbono. Este, mediante reacción de desplazamiento de gas de agua (WGS), se convierte luego en dióxido de carbono. Tras lo cual, el CO2 está listo para su captura y almacenamiento, y el combustible descarbonizado y rico en hidrógeno, para su transporte hasta la central energética.
SINTEF, futuro coordinador del proyecto DECARBit, forma parte de la sección noruega de la Red Europea de Centros de Enlace para la Innovación. Proporciona a las empresas y los centros de investigación asistencia en el campo de la transferencia tecnológica, los acuerdos de licencia, los derechos de propiedad intelectual y la localización de fuentes de financiación de la innovación. Participa en diversos proyectos comunitarios en multitud de campos de investigación, entre ellos cinco iniciativas orientadas a la captura de CO2.
Noruega, como país petrolífero, lleva tiempo liderando el desarrollo de tecnologías de captura y almacenamiento de carbono. En octubre de 1996, se ponía en funcionamiento en el campo de gas Sleipner Vest, en el mar del Norte, la primera central de captura de CO2 en el mundo. El operador es StatoilHydro, la gran petrolera y empresa del sector del gas en Noruega.
Desde SINTEF indican que el amplio apoyo a la investigación prestado por la UE, Noruega se lo debe a esta experiencia y a la estrecha colaboración nacional entre la propia SINTEF, StatoilHydro y la Universidad de Ciencia y Tecnología de Noruega (NTNU).
«Participar en estos proyectos es importante para los institutos de investigación y para el país en general; como prueba de ello, las muchas redes a las que se nos facilita el acceso», coinciden Nils A. Røkke, Director de Tecnología de gases en SINTEF, y el Profesor Olav Bolland, de la NTNU.
Sin embargo, el Gobierno noruego anunció hace poco que congelaría las ayudas estatales a la investigación en captura de CO2. «Nos preocupa que el parón de la financiación pública aquí en casa pueda impedir la necesaria puesta al día de los recursos de laboratorio, con lo que supone para Noruega de pérdida de competitividad en Europa», comentan el señor Røkke y el Profesor Bolland.
La UE y algunos gobiernos nacionales han venido invirtiendo recursos significativos en el estudio de tecnologías de captura y almacenamiento de carbono, mientras otros grupos interesados se han lanzado a utilizarlas como medio para luchar contra el cambio climático. Sin embargo, algunas voces críticas advierten acerca de los posibles riesgos del almacenamiento de carbono. De hecho, aún se desconocen con certeza los efectos de la captura de carbono en sistemas marinos y el almacenamiento en pleno océano, acuíferos abiertos y lagos o en el fondo marino, por ejemplo.
Via: CORDIS
Para obtener más información, consulte:
http://www.sintef.no/
Tags: Universidad de Ciencia y Tecnología de Noruega, European Union, StatoilHydro, SINTEF, CO2, DECARBit
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