TEKNIKER acaba de dar comienzo a un ambicioso proyecto alrededor del aprovechamiento de la energía, mediante su almacenamiento en volantes de inercia de sustentación magnética. Esta iniciativa ha recibido el apoyo financiero del programa de Fomento de la Investigación Técnica, del Ministerio de Educación y Ciencia, en su modalidad de “proyecto singular de carácter estratégico”. Su desarrollo se va a efectuar por parte de un importante consorcio que lidera nuestro centro, y que lo componen entidades tales como: ADIF, el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (CEDEX), el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT), Acciona, Zigor (del grupo Cegasa)…
El proyecto, multidisciplinar, atiende a varios ámbitos de aplicación y sectores industriales, dividiéndose a su vez en cinco subproyectos:
- El primero de ellos está destinado a adquirir conocimiento de base y avanzar conceptualmente en todo lo relativo al uso de volantes de inercia como sistemas competitivos de almacenamiento de energía. En ese sentido cobran especial relevancia asuntos como la sustentación magnética, el uso futuro de superconductores y la introducción de nuevos materiales más ligeros para las partes móviles (tales como las fibras de carbono, o los híbridos metal-material compuesto).
- El segundo de los subproyectos se centra en la gestión de la energía en los sistemas ferroviarios. Efectivamente un ferrocarril en movimiento porta una ingente cantidad de energía cinética que, con los arranques y paradas, se desaprovecha en cierta medida, perdiéndose por disipación térmica. El uso de volantes de inercia eficientes, localizados en las estaciones, posibilitará almacenar y aprovechar esta energía.
- En un tercer grupo de actividades el proyecto acomete otra interesante aplicación, que permitirá acumular energía por parte de empresas, comunidades y particulares (en horas nocturnas, de bajo consumo y económicas tarifas), para suministrarla posteriormente a la red, en los momentos en que los consumos se disparen, alcanzando los temidos “picos” que colapsan la capacidad de aprovisionamiento.
- La cuarta aplicación se centra en satisfacer las necesidades de entornos que no pueden tolerar las caídas de tensión, aún cuando sólo duren pequeñas fracciones de segundo. Estamos hablando de la sanidad, los grandes equipos científicos, etc. En estas situaciones se ha recurrido tradicionalmente a las baterías que, frente a su gran fiabilidad, son costosas, y más si se tiene en cuenta su ciclo completo de vida. Los volantes de inercia podrían desempeñar la misma función y, para ello, habrá que desarrollar una electrónica fiable, que garantice su respuesta en los brevísimos lapsos de tiempo implicados.
- Finalmente, la iniciativa tiene prevista una importante actividad de divulgación, para la mejor transmisión del conocimiento y la industrialización de aplicaciones concretas.
El proyecto tiene una duración de 4 años (concluirá en 2010) y un presupuesto global cercano a los 8 millones de €.
El proyecto, multidisciplinar, atiende a varios ámbitos de aplicación y sectores industriales, dividiéndose a su vez en cinco subproyectos:
- El primero de ellos está destinado a adquirir conocimiento de base y avanzar conceptualmente en todo lo relativo al uso de volantes de inercia como sistemas competitivos de almacenamiento de energía. En ese sentido cobran especial relevancia asuntos como la sustentación magnética, el uso futuro de superconductores y la introducción de nuevos materiales más ligeros para las partes móviles (tales como las fibras de carbono, o los híbridos metal-material compuesto).
- El segundo de los subproyectos se centra en la gestión de la energía en los sistemas ferroviarios. Efectivamente un ferrocarril en movimiento porta una ingente cantidad de energía cinética que, con los arranques y paradas, se desaprovecha en cierta medida, perdiéndose por disipación térmica. El uso de volantes de inercia eficientes, localizados en las estaciones, posibilitará almacenar y aprovechar esta energía.
- En un tercer grupo de actividades el proyecto acomete otra interesante aplicación, que permitirá acumular energía por parte de empresas, comunidades y particulares (en horas nocturnas, de bajo consumo y económicas tarifas), para suministrarla posteriormente a la red, en los momentos en que los consumos se disparen, alcanzando los temidos “picos” que colapsan la capacidad de aprovisionamiento.
- La cuarta aplicación se centra en satisfacer las necesidades de entornos que no pueden tolerar las caídas de tensión, aún cuando sólo duren pequeñas fracciones de segundo. Estamos hablando de la sanidad, los grandes equipos científicos, etc. En estas situaciones se ha recurrido tradicionalmente a las baterías que, frente a su gran fiabilidad, son costosas, y más si se tiene en cuenta su ciclo completo de vida. Los volantes de inercia podrían desempeñar la misma función y, para ello, habrá que desarrollar una electrónica fiable, que garantice su respuesta en los brevísimos lapsos de tiempo implicados.
- Finalmente, la iniciativa tiene prevista una importante actividad de divulgación, para la mejor transmisión del conocimiento y la industrialización de aplicaciones concretas.
El proyecto tiene una duración de 4 años (concluirá en 2010) y un presupuesto global cercano a los 8 millones de €.
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